viernes, 24 de agosto de 2007

Triste mujercita

Había una vez una mujercita con muchas aspiraciones. Quiso componer canciones, visitar todos los rincones, describir a todos los mirones y escribir inspirantes y hermosos guiones, pero un día se dio cuenta que querer no era suficiente. Había una vez una mujercita con mucha dedicación. Quiso relatar lo que veía con admiración, contar los personajes con viva emoción y construir un mundo de mayor fascinación, pero un día se dio cuenta que mucho le hacía falta para lograrlo. Había una vez una mujercita que quiso tanto, tanto, tanto, y al no lograrlo su mente se puso triste y su corazón se marchitó.

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